Cómo tomar píldoras anticonceptivas de emergencia para evitar el embarazo
Prevenir embarazos inesperados es una de las mayores preocupaciones en la planificación familiar. Entre los métodos disponibles, las píldoras anticonceptivas de emergencia surgen como una opción segura y efectiva ante situaciones imprevistas. Pero, ¿cuándo y cómo usarlas correctamente? Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber.
¿Qué son las píldoras anticonceptivas de emergencia?
Las píldoras anticonceptivas de emergencia, también conocidas como la «pastilla del día después», son medicamentos diseñados para evitar un embarazo después de una relación sexual sin protección o cuando otro método anticonceptivo ha fallado. A diferencia de los métodos regulares como las píldoras diarias o dispositivos intrauterinos (DIU), las píldoras de emergencia se toman en situaciones excepcionales.
Tipos de píldoras de anticoncepción de emergencia
Existen principalmente dos tipos de píldoras disponibles:
- Levonorgestrel: Es el tipo más común. Debe tomarse lo antes posible después del acto sexual, preferiblemente dentro de las primeras 72 horas. De venta libre en muchos países.
- Acetato de Ulipristal (ella®): Requiere receta médica y puede ser efectivo hasta 120 horas (5 días) después de la relación sexual.
El tipo adecuado para ti dependerá de tus necesidades particulares y del tiempo transcurrido desde la relación sexual. Consulta siempre con un médico para tomar una decisión informada.
Cómo actúan las píldoras de emergencia
El mecanismo principal de estas píldoras es prevenir o retrasar la ovulación. En términos simples, evitan que el óvulo sea liberado del ovario, lo que impide que ocurra la fertilización. Además, pueden alterar el revestimiento uterino, reduciendo las probabilidades de implantación si ya hubo fertilización.
Es importante destacar que no son abortivas; no interrumpen un embarazo ya establecido.
¿Cuándo tomar píldoras anticonceptivas de emergencia?
Las píldoras anticonceptivas de emergencia están diseñadas exclusivamente para momentos en los que otros métodos fallan o no se han utilizado. Aquí te damos más detalles sobre cuándo es recomendable tomarlas.
Plazos para su uso
El tiempo es clave para la efectividad de estas píldoras:
- Levonorgestrel: Cuanto antes, mejor. Es más efectiva dentro de las primeras 24 horas, aunque puede utilizarse hasta 72 horas después del sexo.
- Acetato de Ulipristal: Puede tomarse hasta 120 horas (5 días) después de la relación sexual, pero su efectividad también disminuye con el tiempo.
La rapidez con la que actúe puede marcar la diferencia entre prevenir o no un embarazo no deseado.
Situaciones de uso
Este tipo de anticoncepción puede ser útil en varias circunstancias, como:
- Olvido de una o más píldoras anticonceptivas regulares.
- Rotura o deslizamiento del condón durante el acto sexual.
- Relaciones sexuales sin protección.
- Fallo de otros métodos como el diafragma o el anticonceptivo de espermicida.
- Casos de abuso sexual si no se utilizó protección.
Cómo tomar las píldoras anticonceptivas de emergencia
Ahora que sabemos cuándo y por qué tomarlas, es igual de importante entender la forma correcta de utilizarlas.
Instrucciones de dosificación
El método de uso varía según el tipo de píldora:
- Levonorgestrel: Generalmente, se toma una dosis única (1,5mg) o dos tabletas de 0,75mg divididas en 12 horas.
- Acetato de Ulipristal: Una sola dosis de 30mg es suficiente para cumplir con su propósito.
Recuerda leer las instrucciones del empaque y, si tienes dudas, consulta con un profesional de salud.
Precauciones y efectos secundarios
Aunque son seguras para la mayoría de las personas, es normal experimentar algunos efectos secundarios menores, como:
- Dolor de cabeza o abdominal.
- Náuseas o mareos leves.
- Cansancio inusual.
- Sangrado irregular antes del próximo ciclo menstrual.
Además, ten en cuenta estas precauciones:
- Estas píldoras no ofrecen protección contra infecciones de transmisión sexual.
- Su uso frecuente no es recomendable; está diseñado solo para emergencias.
La anticoncepción de emergencia es una herramienta importante para reducir embarazos no deseados. Sin embargo, no debe sustituir métodos anticonceptivos regulares. Su uso responsable y la consulta con un profesional de salud son esenciales para maximizar su efectividad y minimizar riesgos.
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