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Belleza

Cambiar el color de ojos: los peligros de una moda surgida en redes

Desde tiempos inmemoriales, las personas de todos los géneros han estado dispuestas a hacer cualquier cosa con tal de cambiar su apariencia física. En los últimos años, una nueva tendencia ha surgido: modificar el color natural de los ojos. Sin embargo, este procedimiento puede conllevar graves riesgos y complicaciones que vale la pena analizar detenidamente antes de tomar una decisión.

El atractivo de los ojos de colores

La búsqueda de la perfección estética es un anhelo que ha acompañado a la humanidad por siglos. Hombres y mujeres por igual se han sometido a todo tipo de tratamientos y procedimientos con tal de alcanzar el aspecto físico deseado. En el caso de los ojos, el interés por cambiar su tonalidad original se ha vuelto cada vez más popular.

El poder de la mirada

Los ojos son considerados la ventana del alma, capaces de transmitir emociones y atraer miradas. No es de extrañar, entonces, que muchas personas sientan la necesidad de modificar el color de sus orbes oculares para resaltar su belleza y captar mayor atención.

La diversidad de tonalidades

Mientras que los ojos marrones son los más comunes a nivel mundial, ocupando aproximadamente el 80% de la población, los tonos más raros como el verde y el avellana apenas alcanzan el 2%. Esta escasez relativa los convierte en un rasgo altamente valorado y deseado por quienes no los poseen de manera natural.

Cambiar el color de ojos
Foto: Freepik

Los procedimientos para cambiar el color de los ojos

Existen diversos métodos quirúrgicos y cosméticos que permiten transformar el color original de los ojos. Algunas de estas técnicas incluyen:

Queratopigmentación

Este procedimiento consiste en realizar pequeñas incisiones en la córnea (la capa protectora transparente del ojo) para luego insertar pigmentos que modifican el tono de manera permanente.

Despigmentación con láser

Mediante el uso de tecnología láser, se puede eliminar el pigmento de la capa externa del iris, convirtiendo ojos oscuros en claros (generalmente azules o grises). Sin embargo, este método solo funciona en sentido descendente, es decir, de colores más oscuros a más claros.

Implantes de silicona

La colocación de implantes de silicona en el interior del ojo también es una opción para cambiar su apariencia. No obstante, este procedimiento conlleva riesgos significativos y ha sido asociado con complicaciones graves.

Los riesgos y complicaciones

Si bien estos métodos permiten alcanzar el efecto visual deseado, también entrañan serios peligros para la salud ocular. Algunos de los principales riesgos y complicaciones incluyen:

Infecciones

Tanto la queratopigmentación como la despigmentación con láser implican la alteración de las capas más externas del ojo, lo que aumenta considerablemente el riesgo de infecciones.

Sensibilidad a la luz y problemas de visión

Estos procedimientos pueden generar una mayor sensibilidad a la luz y provocar cambios en la visión, como ceguera, adelgazamiento y perforación de la córnea, glaucoma y cataratas.

Daños en el nervio óptico

En el caso de los implantes de silicona, existe el riesgo de que la presión ejercida por el fluido interno del ojo sobre el nervio óptico pueda causar pérdida de la visión.

Otros efectos adversos

Además, se han reportado complicaciones adicionales como modificaciones en la forma del ojo y alteraciones en la circulación del líquido intraocular.

Consideraciones éticas y legales

Más allá de los riesgos médicos, la práctica de cambiar el color de los ojos también plantea interrogantes éticos y legales. Algunos expertos cuestionan si estos procedimientos deberían estar permitidos, especialmente cuando se realizan con fines meramente estéticos y no terapéuticos.

Regulación y supervisión

En muchos países, las intervenciones quirúrgicas y cosméticas en los ojos están sujetas a estrictos controles y regulaciones para garantizar la seguridad de los pacientes. Sin embargo, la proliferación de clínicas y proveedores no siempre cumple con los estándares requeridos.

Consentimiento informado

Antes de someterse a cualquier tipo de tratamiento, los pacientes deben recibir información detallada sobre los riesgos, beneficios y posibles complicaciones. Solo así podrán tomar una decisión verdaderamente informada y consentida.

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