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Estilo de vida

¿Problemas para conciliar el sueño? ¿Por qué a medida que crecemos dormimos menos?

El sueño desempeña un papel fundamental en la salud y el bienestar de las personas

A medida que envejecemos, es común experimentar cambios en nuestros patrones de sueño. Muchas personas mayores reportan tener dificultades para conciliar el sueño, despertarse con frecuencia durante la noche y sentir que no descansan lo suficiente. Esta disminución en la calidad y cantidad de sueño puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar general de los adultos mayores.

Causas del envejecimiento y la disminución del sueño

Existen varios factores que contribuyen a la disminución del sueño a medida que envejecemos. Algunos de los principales incluyen:

  • Cambios en el reloj biológico: A medida que envejecemos, nuestro reloj circadiano (el sistema que regula nuestros ciclos de sueño-vigilia) sufre alteraciones. Esto puede provocar que nos sintamos somnolientos más temprano por la noche y que nos despertemos más temprano por la mañana.
  • Problemas de salud: Condiciones médicas comunes en la vejez, como enfermedades cardiovasculares, artritis, dolor crónico y apnea del sueño, pueden interferir con el sueño.
  • Medicamentos: Ciertos medicamentos recetados para tratar afecciones comunes en los adultos mayores, como antidepresivos, diuréticos y broncodilatadores, pueden tener efectos secundarios que afectan el sueño.
  • Estrés y ansiedad: Los adultos mayores a menudo enfrentan desafíos emocionales, como la pérdida de seres queridos, el retiro laboral y problemas financieros, que pueden generar estrés y ansiedad, dificultando el sueño.
  • Cambios en los hábitos de sueño: A medida que envejecemos, tendemos a pasar más tiempo en la cama durante el día, lo que puede alterar nuestro ciclo de sueño-vigilia y dificultar conciliar el sueño por la noche.
Foto: Freepik

¿Por qué dormimos menos a medida que crecemos?

  • Cambios en la arquitectura del sueño: A medida que envejecemos, experimentamos una reducción en la cantidad de sueño de ondas lentas (sueño profundo) y un aumento en la fragmentación del sueño, lo que se traduce en una menor calidad del sueño.
  • Disminución de la melatonina: La melatonina es una hormona clave para regular el ciclo de sueño-vigilia. Con la edad, la producción de melatonina disminuye, lo que puede dificultar conciliar y mantener el sueño.
  • Reducción de la actividad del sistema nervioso: El envejecimiento se asocia con una disminución en la actividad de ciertas áreas del cerebro que regulan el sueño, como el hipotálamo y el tronco encefálico.
  • Cambios en los patrones de sueño: Los adultos mayores tienden a pasar menos tiempo en las etapas más profundas y reparadoras del sueño, lo que puede llevar a una sensación de sueño insuficiente.
  • Aumento de la fragmentación del sueño: Los despertares nocturnos más frecuentes, causados por factores como necesidades fisiológicas o problemas de salud, interrumpen el sueño y reducen su calidad.

Efectos del sueño insuficiente en el envejecimiento

  • Deterioro cognitivo: El sueño insuficiente se ha asociado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo, demencia y Alzheimer en personas mayores.
  • Problemas de salud física: La privación de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
  • Alteraciones emocionales: La falta de sueño puede exacerbar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, en los adultos mayores.
  • Aumento del riesgo de caídas: El sueño insuficiente puede afectar la coordinación, el equilibrio y la atención, lo que aumenta la probabilidad de caídas, una de las principales causas de lesiones en personas mayores.
  • Disminución de la calidad de vida: El sueño inadecuado puede reducir la energía, la motivación y la capacidad de participar en actividades diarias, lo que afecta negativamente la calidad de vida de los adultos mayores.
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Consejos para mejorar la calidad del sueño en adultos mayores

  • Establecer una rutina de sueño consistente: Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluyendo los fines de semana, ayuda a regular el ciclo de sueño-vigilia.
  • Crear un ambiente de sueño favorable: Mantener la habitación a una temperatura fresca, oscura y tranquila puede facilitar el sueño.
  • Limitar las siestas diurnas: Aunque las siestas pueden ser tentadoras, es importante evitar dormir demasiado durante el día, ya que esto puede interferir con el sueño nocturno.
  • Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse: La luz azul emitida por las pantallas puede suprimir la producción de melatonina y dificultar el sueño.
  • Practicar técnicas de relajación: Actividades como la meditación o la respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, facilitando el sueño.
  • Mantener una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente: Una alimentación equilibrada y la actividad física moderada pueden mejorar la calidad del sueño.
  • Consultar a un médico: Si los problemas de sueño persisten, es importante buscar asesoramiento médico para descartar posibles trastornos del sueño o problemas de salud subyacentes.
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Trastornos del sueño comunes en personas mayores

  • Insomnio: Dificultad para conciliar o mantener el sueño, lo que puede causar fatiga diurna y problemas de salud.
  • Apnea del sueño: Interrupciones frecuentes del sueño debido a pausas en la respiración, lo que puede provocar somnolencia diurna.
  • Síndrome de piernas inquietas: Sensación incómoda en las piernas que se intensifica durante la noche, lo que dificulta el sueño.
  • Trastornos del ritmo circadiano: Problemas en la sincronización del reloj biológico, lo que puede causar dificultades para conciliar y mantener el sueño.
  • Trastornos del movimiento durante el sueño: Movimientos involuntarios de las extremidades que pueden interrumpir el sueño.

Es importante que los adultos mayores consulten a un profesional de la salud si experimentan problemas de sueño persistentes, ya que estos trastornos pueden tratarse y mejorar la calidad de vida.

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MaBe Doval

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